En realidad, si soy honesto, no sé quién soy. Qué decepción, ¿no? Sin embargo, definirse no deja de ser un velo para tapar la esencia. He pasado media vida para encajar en un molde familiar, social, cultural, censurando partes de mí para que me aceptaran, me amaran y no me criticaran. Me llené de etiquetas para tapar un vacío que me provocaba una ansiedad crónica y resulta que el viaje más sanador iba en la dirección contraria, en dejar de definirme y abrirme a la vida. Ahí sí me identifico.
De todos modos, para que me ubiques en tu mente, aquí te dejo unas cuantas etiquetas:
Nombre y apellidos
Me llamo Javier Díaz Murillo y lo digo así para honrar a papá y a mamá. Sin ellos yo no estaría aquí. Es lo que hay.
Origen
Nací y crecí en el barrio madrileño de Campamento, al lado de la Casa de Campo. Allí hacíamos cabañas en los árboles y a veces nos caíamos.
Algunos estudios
Me licencié en Periodismo por la Universidad Complutense. Trabajé de periodista gastronómico, luego me formé como Instructor de Meditación Integral y Mindfulness en la Escuela Sadhana Integral. También soy maestro de Reiki iniciado por la maestra Rika Saruhashi y Hiroshi Doi, en el sistema Gendai Reiki Ho (GRH).
Profesión
Ahora enseño Meditación Integral en presencial y online, y también imparto cursos y talleres del sistema GRH.
Aficiones
Leer libros en papel, escribir, viajar, enseñar aquello que me da paz…
Salud
Soy PAS o Persona Altamente Sensible, eso significa una empatía exagerada y un sistema nervioso a flor de piel: los olores, la luz, los sonidos fuertes, todo es tres veces más intenso para un PAS, por eso necesito dosis elevadas de calma.
Residencia
Vivo en Pamplona, Navarra, razonablemente feliz.
Mi historia
Soy lo que se denomina ahora PAS (Persona Altamente Sensible). Eso no quiere decir que me ponga a llorar en cuanto veo una flor mecerse al viento, sino que mi sistema nervioso está unos puntos por arriba en cuanto a la capacidad para percibir la realidad. Eso tiene una cara A y una cara B. La cara A es una facilidad para empatizar con los demás, para detectar las energías del ambiente, los aromas, la belleza, etc; mientras, la cara B significa que todo me afecta más de lo normal, las emociones, las discusiones, los ecosistemas negativos, el ruido de las ciudades…
Todo esto te puede llevar a un caos interno tremendo, a sentirte como un extraterrestre en tu trabajo y en tu entorno familiar, eres un raro, necesitas alejarte, estar a solas para recuperar tu equilibrio físico y emocional. Así, hasta que me di cuenta de cómo era, lo único que hacía era tratar de encajar en la tribu imitando lo que hacía la tribu. Quería ser ‘normal’, pero eso de querer ser ‘normal’ siempre pasa factura porque uno tiene que ser lo que Es.
Así, empecé a buscar por un camino alternativo: yoga, taichí, wing chun, inteligencia emocional, Reiki y finalmente meditación integral. Todo fue sumando para tener cada vez más consciencia y ser capaz de autocuidarme cuando lo necesitaba. Se acabó el fingir quien no soy. Hoy enseño lo que me da paz y autenticidad. Creo que es una búsqueda honesta, casi un derecho humano.
Mi currículum oculto es ese (muy resumido), el de alguien que ha peleado y sufrido hasta alcanzar un cierto equilibrio, el de alguien que ha aprendido a aceptar su imperfección y sus momentos ‘buenos’ y ‘malos’. Desde ahí enseño a meditar, desde la comprensión de que la práctica meditativa no va solo de sentarse diez minutos por la mañana, sino de integrarla en lo cotidiano, desde la conversación con tu madre hasta la relación con tu cuerpo o tu vida de pareja.
Quería ser ‘normal’, pero eso siempre pasa factura porque uno tiene que ser lo que es