Terapia de reiki

¿Qué se puede esperar de una terapia de reiki? ¿En qué consiste? Bien, la terapia de reiki básica y fundamental es la imposición de manos. Esta se puede aplicar en camilla o sentado. La persona que acude solo tiene que relajarse, descalzarse y abrirse a la energía. El terapeuta conecta con reiki y a través de sus manos recorre diferentes zonas del cuerpo, las llamadas 12 posiciones, desde la cabeza hasta los pies, sin tocar o como mucho usando el tacto de pluma. Se deja todo en manos de reiki, pues la energía siempre acude allí donde más se necesita. Suelen ser sesiones de 50 minutos. También existe la posibilidad de recibir reiki a distancia observando siempre algunos protocolos que aseguren una mayor eficacia. Es decir, que el paciente pueda disponer de un espacio tranquilo donde nadie pueda molestarlo durante la sesión. En este caso, se hace una videollamada para obtener un acompañamiento más cercano y guiar tanto el inicio como el final de la terapia. La eficacia es casi la misma que en presencial. El reiki no es una panacea, pero sí favorece el descanso y que el cuerpo encuentre un lugar de relajación profunda desde el que funciona mejor. Las personas que reciben sesiones de reiki de forma habitual hablan de que duermen mejor, se sienten con más paz interior, o en procesos de cáncer u otras enfermedades muchos pacientes relatan un alivio en los síntomas físicos de dolor. Reiki ayuda a despertar la capacidad autoregeneradora del cuerpo y proporciona un equilibrio general.

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