Dicen que la meta principal de los reikistas es la consumación de la felicidad personal. Sin embargo, en el camino espiritual, se dice que todo objetivo siempre es producto de la mente o del ego, y la clave de la plenitud siempre aguarda en la antesala de esa cumbre, es decir, en lo que ocurre …
Habría que preguntarse entonces ¿qué es la felicidad? ¿Tiene sentido buscarla? Si acudimos a un diccionario se define como un «estado de bienestar físico y emocional». Pero aquí, aunque lo anterior siempre sea deseable, nos interesa otro tipo de felicidad. De hecho, añadiríamos la dimensión espiritual y la condición de inagotable, es decir, una Felicidad-Estado del Ser, el estado de paz al que alude el Anshin Ritsumei donde pase lo que pase conservas la calma. ¿Por qué? Porque eres y estás en lo que eres, estás alineado con tu propósito y no necesitas nada más que existir en tu verdad.
En este sentido, dicen que la separación de la Fuente es uno de los motivos de desazón y apatía humanas, al igual que ocurre en el amor o en las relaciones. Sentirse separado de los demás, de la Unidad, de la tribu, provoca siempre una soledad dolorosa y la consecuente infelicidad. Además, en nuestro ADN está grabado ese peligro mortal. Aquel que sea desterrado del grupo se enfrentará por sí solo a las amenazas del mundo.
Conexión energética
Toca entonces recuperar la Conexión. En el reiki lo primero que percibimos es que somos más que un cuerpo físico, por tanto, nuestra conectividad se amplía, hay algo más ahí fuera, y sobre todo, ahí dentro. Con la práctica, notamos que esa energía, como una savia, habita en todos los seres vivientes y es un primer paso para atenuar nuestra sensación de separación. Eso también implica que formamos parte de una estructura más grande que de algún modo nos sostiene. Sentir ese vínculo genuino facilita una vida más plena y feliz.
La Felicidad también tiene que ver con conocerse a uno mismo. Es el único modo de equilibrar los momentos oscuros con los luminosos. La vida es cambio e incertidumbre, así, para surfear las olas, el mejor entrenamiento es tratar de responder a la eterna pregunta ¿Quién soy yo? Por supuesto, esta autoindagación es abrir la caja de Pandora, pues conlleva remover estructuras psicológicas, culturales, genealógicas, etc.
¿Qué puede hacer el reiki en esta aproximación a uno mismo? Pues quizá permitir que otros procesos más duros fluyan. La energía del reiki siempre es amable y tiene la facultad de deshacer las resistencias que nos impiden acceder a lo más profundo de nosotros mismos. Es una ayuda inestimable en cualquier procedimiento de limpieza interior. Y exige un compromiso, claro, porque veremos cosas que no nos gustan, pero en el largo plazo siempre saldremos ganadores.
Lo que hay que tener claro es que para que dentro de nosotros se extienda esa Felicidad que no caduca nunca es imprescindible un trabajo previo de búsqueda. Lo bueno es que disponemos de muchas herramientas para abrir camino: cultivar la calma mental, el bienestar físico, el propósito de vida, integrar la sombra, conectar con la energía de la Compasión, trabajar la intuición y la guía del Corazón…
En un monográfico de unas cuantas horas es absurdo pretender atajar y sacudirse las trabas de golpe, pero sí que se pueden producir esos click, o microdespertares que te conduzcan a soltar un nudo emocional o algo más. En el sistema Gendai Reiki Ho se proponen muchas técnicas que sumadas a otras vías de conocimiento como la meditación logran resultados palpables. Ahora solo cabe preguntarse, ¿realmente busco ser feliz o ser Feliz?
Javier Díaz Murillo. (El viajero del Sol)